miércoles, 10 de octubre de 2007

Amar en la noche

Cuando creías todo acabado
y el esplendor era recuerdo,
y veías que lo que amabas
no lo hallabas bajo el cielo.
Cuando lo que amabas no era
y la vida te esquivaba;
cuando creías, ¡ah, creías!
y ahora todo es confusión,
es entonces cuando asoma
con su brillo sanante
un ángel de amor divino
dispuesto a revelar
que el amor está ahí;
que la vida te espera;
que la noche es solo
para amar con más fuerza;
que todo es caricia
del Amado que modela
tu corazón,
tu vida
a imagen de su esencia;
que te mires como un milagro
de su gracia que te vela
para que no caigas más hondo
para que veles en la espera;
pues el que muere en la cruz
te ha amado con largueza
y sus ojos se han posado
en ti, su elección
en ti, su belleza;
pues la vieja oscuridad no puede
matar la virtud divina
de sufrir y amar en la noche
de velar en pie hasta su vuelta...
Cuando el camino se hace muy largo
y el final queda velado,
y tu vida queda olvidada
en lo más hondo de este valle.
Cuando acudes al que te ama
y el silencio es la respuesta;
cuando servías, ¡ah servías!
y ahora rozas la traición

es entonces cuando asoma
con su brillo sanante
un ángel de amor divino
dispuesto a revelar
que el amor está ahí;
que la vida te espera;
que la noche es solo
para amar con más fuerza;
que todo es caricia
del Amado que modela
tu corazón,
tu vida
a imagen de su esencia;
que te mires como milagro
de su gracia que te vela
para que no caigas más hondo
para que veles en la espera;
pues el que muere en la cruz
te ha amado con largueza
y sus ojos se han posado
en ti, su elección,
en ti, su belleza;
pues la vieja oscuridad no puede
matar la virtud divina
de sufrir y amar en la noche
de velar en pie hasta su vuelta...
Cuando todo parecía muerto
brilló el que era mi esplendor;
¡abandona, pues, la mirra;
que el incienso vuele a mi Señor!
Es ahora cuando lucen
belleza y verdad en el amor
de mi Cristo, todo mío,
dador de vida en el dolor...
...pues la noche es solo
para amar con más fuerza.

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